En 2010 Miriam Blanco participó en “Supervivientes 2010” dentro del grupo de los anónimos y fue la primera expulsada por la audiencia. Esta semana ocupa la portada de “Interviú” por su historia con Julián Contreras Jr. que no acabó bien y además de posar con soltura, expone su opinión y sus vivencias con el hijo de Carmina Ordóñez con total claridad.
La monitora deportiva conoció a Contreras a través de Twitter y tras conectar, su relación fue a más. En la revista lo considera como un amigo especial al que ayudó en sus peores momentos, incluso cuando “se le pasó por la cabeza quitarse de en medio”. Pero un día, no volvió a saber nada más de él hasta la mañana siguiente de salir del Gran Hermano VIP 4 por decisión propia. Miriam tiene claro que tras casi un año sin tener noticia, quería tenerla contenta porque es un “bienqueda”.
A la modelo no le sorprendió que abandonase. “Sigue haciendo una montaña de un grano de arena, lleva toda la vida igual. Es un perdedor que sabe que fuera va a tener más platós, diciendo lo que le dé la gana, sin opción a réplicas”, explica con dureza. Piensa que ha sido un pésimo concursante que ha estado facturando a costa de dar pena. “Se tiene muy aprendido el papel de lastimero y sigue perfeccionándolo”, opina Blanco.
Asegura que solo mantiene el contacto con sus hermanos por dinero y que Fran y Cayetano siempre han estado cuando los necesitaba y no le han pedido nada a cambio. En cuanto a su relación con su padre, Miriam Blanco explica: “Es una relación de dependencia por ambas partes. Viven anclados en el pasado y en una realidad paralela que les funciona muy bien. No disfrutan de la vida”. “Lo que tiene que hacer es atajar sus problemas de aislamiento y negatividad, pero, claro, si es lo que le da de comer…”, concluye y asegura que todos pasamos cosas malas, pero él es un privilegiado porque ha podido ir a un plató y cobrar por contarlo. Sin considerarnos Rappel, Miriam ya debe tener un pie y medio para participar en el Deluxe.